
¿Qué tipo de meditación es mejor para ti? Diferencias, beneficios y cómo practicar cada una paso a paso
Meditar no es solo “quedarse en silencio”. Existen distintas formas de conectar con la mente, el cuerpo y el corazón, y cada práctica tiene sus propios caminos, ritmos y beneficios. Elegir la meditación adecuada para ti puede marcar la diferencia entre una práctica que se siente lejana… y una que se vuelve un verdadero refugio.
En esta guía, te comparto siete tipos de meditación con sus beneficios, para quién están especialmente indicadas, y lo más importante: cómo practicarlas paso a paso.
1. Meditación Mindfulness (Atención plena)
¿Qué es?
Es una práctica basada en la observación consciente del momento presente. Se trata de notar sin juzgar: pensamientos, sensaciones físicas, sonidos, emociones… todo lo que aparece, tal como es.
Beneficios:
- Reduce la ansiedad y el estrés
- Mejora la atención y la claridad mental
- Desarrolla una mayor conexión con el cuerpo y las emociones
Ideal para:
Personas que viven muy aceleradas, con la mente ocupada o con tendencia al estrés.
Cómo practicarla (paso a paso):
- Busca un lugar tranquilo donde puedas sentarte cómodo/a.
- Coloca las manos sobre las piernas, cierra los ojos suavemente.
- Lleva tu atención a la respiración. Siente cómo entra y sale el aire.
- Si aparecen pensamientos (y lo harán), simplemente obsérvalos y vuelve a la respiración.
- Puedes incluir un escaneo corporal, observando cada parte del cuerpo sin modificar nada.
Duración recomendada:
De 5 a 20 minutos al inicio. Puedes ir aumentando con el tiempo.
2. Meditación Trascendental
¿Qué es?
Se basa en la repetición silenciosa de un mantra personal (una palabra o sonido) que ayuda a la mente a ir más allá del pensamiento y entrar en un estado profundo de quietud.
Beneficios:
- Disminuye significativamente el estrés crónico
- Mejora la creatividad, la memoria y la estabilidad emocional
- Genera una relajación profunda en poco tiempo
Ideal para:
Personas que buscan una práctica sencilla pero poderosa, sin análisis mental. También es buena si ya tienes una rutina espiritual.
Cómo practicarla:
- Siéntate con la espalda recta y ojos cerrados.
- Repite mentalmente tu mantra (por ejemplo, «SOHAM» o «OM») sin forzarlo.
- Si vienen pensamientos, déjalos pasar y vuelve al mantra.
- No intentes controlar la experiencia, solo repite suavemente.
Duración recomendada:
20 minutos, dos veces al día. Puedes empezar con 10 minutos e ir aumentando.
3. Meditación Guiada
¿Qué es?
Es una práctica en la que una voz (presencial o grabada) te va guiando para llevar tu atención a distintos lugares: respiración, visualizaciones, emociones, paisajes internos…
Beneficios:
- Fácil de seguir, incluso si nunca has meditado
- Ayuda a entrar en un estado de calma rápidamente
- Útil para trabajar intenciones como sanar, dormir mejor o conectar con el cuerpo
Ideal para:
Principiantes o personas que prefieren ser guiadas en lugar de meditar en silencio.
Cómo practicarla:
- Elige una meditación guiada (puedes encontrar muchas gratuitas en apps o YouTube).
- Encuentra un espacio cómodo donde no te interrumpan.
- Usa auriculares si lo deseas.
- Sigue la voz paso a paso, sin expectativas.
Duración recomendada:
Entre 10 y 30 minutos. Puedes adaptarla según tu tiempo y necesidad.
4. Meditación en Movimiento (Caminata consciente, yoga, Qi Gong)
¿Qué es?
Es una meditación activa, donde el enfoque está en la presencia durante el movimiento. En vez de sentarte en quietud, aquí conectas con la conciencia a través del cuerpo.
Beneficios:
- Reduce el estrés y mejora la conexión con el cuerpo
- Fomenta la presencia de forma natural
- Ideal para quienes no se sienten cómodos en la inmovilidad
Ideal para:
Personas inquietas, con mucha energía física o que disfrutan del movimiento como forma de autoconocimiento.
Cómo practicarla (ejemplo de caminata consciente):
- Elige un lugar tranquilo para caminar (puede ser un jardín o incluso en casa).
- Camina lentamente, sintiendo cada paso.
- Enfoca tu atención en cómo el pie toca el suelo, el ritmo de tu cuerpo.
- Si la mente se distrae, vuelve a la sensación del caminar.
Duración recomendada:
10 a 30 minutos. Puedes incorporarlo a tus paseos diarios.
5. Meditación Amor Benevolente (Metta Bhavana)
¿Qué es?
Es una práctica budista centrada en generar amor y compasión hacia uno mismo y los demás, repitiendo frases o cultivando sentimientos de bondad.
Beneficios:
- Fomenta la compasión y el perdón
- Mejora la autoestima y las relaciones
- Reduce emociones como la ira, la envidia o el juicio
Ideal para:
Personas con autocrítica elevada, heridas emocionales, o quienes buscan sanar vínculos desde el corazón.
Cómo practicarla:
- Siéntate en calma y lleva atención al corazón.
- Repite mentalmente frases como:
- “Que yo sea feliz, que esté en paz, que me libere del sufrimiento.”
- Luego extiéndelo a otras personas: seres queridos, neutrales y difíciles.
- Siente el deseo genuino de bienestar para ti y los demás.
Duración recomendada:
10 a 20 minutos. Puedes empezar con solo 5 minutos y una sola persona.
6. Meditación Zen (Zazen)
¿Qué es?
Una práctica tradicional del budismo zen, donde se cultiva la atención plena en la postura, la respiración y el simple acto de “sentarse y ser”. No se busca controlar los pensamientos, sino observar sin aferrarse a nada.
Beneficios:
- Profunda conexión con el presente
- Aumento de la disciplina mental y la serenidad
- Desarrolla una actitud de aceptación radical
Ideal para:
Personas que buscan una práctica sobria, sencilla y muy profunda, con un enfoque minimalista y estructurado.
Cómo practicarla:
- Siéntate en postura de loto o semi-loto (o en una silla con la espalda recta).
- Manos sobre el regazo formando un óvalo (mudra del zazen).
- Mantén los ojos entreabiertos, mirando hacia abajo sin enfocar.
- Observa la respiración, sin modificarla.
- Deja pasar los pensamientos como nubes.
Duración recomendada:
Comienza con 10 minutos y ve aumentando hasta 25 o 40 minutos si te sientes cómodo/a.
¿Cuál es mejor? La que se alinee contigo hoy
No existe una meditación “mejor” que otra. Existe la adecuada para ti, en este momento. Puedes probar distintas y ver cuál resuena más. Incluso puedes combinarlas según tu día: guiada cuando estás cansado/a, zen cuando necesitas anclarte, amor benevolente cuando el corazón está sensible…
Consejo final:
No te preocupes por hacerlo “bien”. La práctica es el camino. Aunque solo medites 5 minutos al día, si lo haces con presencia, ya estás sembrando algo profundo.
Escrito por Montserrat Alemany
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